Una reforma tributaria tiene como objetivo fortalecer las políticas, los instrumentos y la propia institucionalidad del Estado para lograr generar mayores ingresos fiscales. Como se señala en el proyecto de delegación de facultades presentado por el Ejecutivo al Congreso, la finalidad de la reforma anunciada por el Gobierno es incrementar la recaudación bajo criterios de eficiencia y transparencia.
Sin embargo, una reforma tributaria tiene además otro objetivo clave: el componente redistributivo y la búsqueda de una mayor equidad en los países. Varios autores y organismos, como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), subrayan que el tema redistributivo también está en el corazón de la política fiscal. Por lo tanto, una reforma tributaria debe apuntar a ambos objetivos, el incremento de los ingresos fiscales y al mismo tiempo lograr una mayor equidad en los países.
¿Cómo se logra esto? Si se toma como referencia el coeficiente Gini (el coeficiente es un número entre 0 y 1, donde 0 corresponde con una situación ideal de perfecta igualdad y 1 corresponde con una situación de perfecta desigualdad) y se cruza la información de los países antes y después de la aplicación de impuestos y diferentes transferencias, se puede concluir que existe mucho margen de acción para lograr una mayor equidad. En realidad, todo dependerá de la vocación redistributiva y de la voluntad política de cada Estado y sus gobernantes.
Por ejemplo, en los cuatro países nórdicos (Suecia, Dinamarca, Noruega y Finlandia) el coeficiente Gini, una vez aplicados los impuestos y luego de que se implementan un conjunto de transferencias monetarias de manera directa a los hogares, presenta “niveles más bajos, pasando en promedio de 0.45 a 0.26”; “en el caso de cinco países de Europa Occidental, se pasa en promedio de 0.48 a 0.35; en el caso de cinco países anglosajones (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda), se pasa en promedio de 0.48 a 0.35”[1]. En cambio en América Latina se registran bajas capacidades redistributivas y por lo tanto un bajo impacto: un país de América Latina puede ser tan desigual como un país de Europa antes de la aplicación de impuestos y de diferentes transferencias (acción fiscal directa), pero la situación cambia drásticamente cuando las políticas tributarias y las transferencias se implementan.
Algunas explicaciones. Mientras que en países como el Perú los impuestos indirectos o impuestos al consumo predominan en la estructura tributaria (lo que se conoce como impuestos regresivos), en los ya mencionados países nórdicos -para citarlos como ejemplo- son poco relevantes. Los impuestos indirectos no ayudan a generar mayor equidad, a diferencia de los impuestos directos (a la renta, a la propiedad) que si permiten reducir el coeficiente Gini como medida de la desigualdad.
Por lo tanto, una reforma tributaria debe plantearse el objetivo de generar una mayor equidad. Algunos estudios señalan que un objetivo clave es “mejorar la efectividad de la política fiscal respecto a la redistribución y la reducción de la pobreza para aspirar a una mayor equidad y a cerrar brechas”[2]. Pese a que existen diversos instrumentos de acción pública que impactan en la equidad, la política tributaria es un elemento clave para mejorar la distribución de los ingresos.
Como se señala en el pedido de delegación de facultades, con las medidas propuestas se busca lograr una mayor progresividad y los mayores ingresos que genere la reforma tributaria se destinarán prioritariamente al cierre de brechas sociales, incluyendo sobre todo los componentes de educación, salud, agua y saneamiento, conectividad, reforma agraria, entre otros. Por supuesto, todo esto debe estar acompañado de una mayor eficiencia del gasto social y el compromiso de una total transparencia y rendición de cuentas de parte del Estado.
[1] “Esto no da para más”. Hacia la Transformación Social-Ecológica en América Latina. Fundación Friedrich Ebert. Junio 2020.
[2] JARAMILLO, Miguel y Bárbara SPARROW. La incidencia del gasto social y los impuestos en el Perú. Lima: GRADE. 56p. Documento de Investigación, 70.
Fuente: Cooperacción